La historia de la paella de Piriápolis que conquistó el mundo

La historia de la paella de Piriápolis que conquistó el mundo

La historia de la paella de Piriápolis que conquistó el mundo

De Piriápolis al mundo. La historia de de Javier Piñeiro, chef de Don Quijote, un restaurante emblemático del popular balneario uruguayo, muestra cómo la comida hecha en Uruguay puede conquistar paladares en todo el planeta.

Su abuelo, conocido como "Don Carlos", la importó en la década del 50 desde España. Empezó a hacer paella en un local de la rambla del balneario. "Se transformó en un personaje. Muchos turistas se acercaban", comentó.

Javier lo vio cocinar desde que era un niño. El olor al principio lo empalagaba, pero con el tiempo le fue tomando el gusto. "En un momento, cuando cumplí 18 años, me incliné a estudiar cocina. Mi abuelo me dio a entender que cocinando podía conocer el mundo. Y así fue", comentó.

Cuando Don Carlos se jubiló, Javier se hizo cargo. No fue algo premeditado. "Se dio así", comentó. "En las comidas familiares siempre hubo conversaciones técnicas y de experiencias", agregó. Eso lo fue estimulando y ayudando a acumular conocimientos que lo formaron como profesional.

Javier, quien también organiza la paella gigante que se realizan todos los años en el balneario, hoy está al mando de la cocina del restaurante, que también es gestionado por sus dos hermanos.  

"La paella tiene eso de un origen popular que te conecta con la gente. En invierno lo hacemos a la vista para que la gente lo venga a probar. Al ser un balneario turístico se genera una clientela de gente que vuelve a Piriápolis", comentó. 

La experiencia del World Paella Day

Su reconocimiento dentro de Piriápolis los llevó a ser recomendados para el World Paella Day, un mundial que se celebró en Valencia, España, que buscó encontrar a los mejores cocineros de este icónico plato.

"Como requisito pedían contar nuestra historia y qué representa la paella para nosotros", comentó. Los organizadores pedían que los mejores fuesen votados para participar del evento final. "Recibimos más de 7 mil votos. Fuimos los primeros en la votación", contó Javier a Portales del Uruguay.

En agosto, les comunicaron que eran unos de los 10 seleccionados para acudir al torneo.

"Fuimos con mi abuelo, mis padres y mi abuela. Conocimos la cultura de la paella en Valencia. Conocimos huertas y plantas", comentó.

Las reglas del certamen enfrentó en régimen de eliminación a cinco contra cinco. A los uruguayos les tocó enfrentar a Corea del Sur. Javier y su abuelo realizaron una paella de mariscos. La final fue entre España, Costa Rica, China, Estados Unidos y Uruguay. El torneo lo ganó el local y Uruguay fue tercero.

"En la final hice una paella con un bife ancho. Le puse espárragos y hongos de Uruguay", contó Javier, quien se mostró agradecido de formar parte de este evento sobre un plato, tan popular y simbólico para la ciudad de Piriápolis, que ahora suma reconocimiento en todo el mundo.


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